Necesitamos un plan de competitividad que nos prepare a una nueva configuración mundial

“Aunque parezca contradictorio hablar de reformas económicas en medio de la crisis, es necesario proyectarnos al futuro y visualizar uno con esperanza en el cual somos capaces de salir adelante. Todos repiten que el mundo cambió radicalmente, que la forma de hacer negocios ya no es la misma, pero nadie considera que la nueva economía del país no se construirá sobre viejas estructuras ni con empresas quebradas, sino con aquellas fortalecidas que ayuden a mejorar la calidad de vida de los peruanos”, planteó el presidente de la Asociación de Exportadores (ADEX), Erik Fischer Llanos.

El gremio exportador cree necesario diseñar un nuevo Plan Nacional de Competitividad y Productividad con la activa participación del sector privado y los gobiernos regionales,

Un Perú competitivo

La necesidad de lograr un entorno competitivo nuevo en base a profundas reformas institucionales y estructurales, crear las condiciones para mejorar sustancialmente la productividad de las empresas y un Sistema Nacional de la Calidad que nos permita producir con los más altos estándares mundiales.

“Necesitamos organismos públicos con un alto sentido de honestidad y eficiencia, erradicar malas prácticas, construir un marco legislativo que promueva la inversión como se hizo con la agroindustria. Debemos hacerlo rápidamente porque el mundo cambió”, sostuvo.

Por ello, comento que el nuevo Plan Nacional de Competitividad y Productividad 2.0 debe establecer políticas con medidas de mediano y largo plazo que permitan reactivar el tejido productivo en beneficio de todos los peruanos, incluir aspectos como la formalización, inclusión financiera, mundo digital y que aborde el tema sanitario –el cual debe ser reformulado– fortaleciendo el sistema de salud y desarrollar una cultura de seguridad.

Añadió también la importancia de salvaguardar los alcances de la Ley 27360 (Ley de Promoción Agraria) y el Decreto Legislativo N°1492 que busca transparentar el modelo logístico, alentar la predictibilidad de los costos y hacer más competitiva la oferta nacional. “En su diseño es crucial la participación de los gobiernos regionales que tienen funciones fundamentales. Las podrán cumplir en esta difícil situación o deben ser asumidas por otras instituciones”, se preguntó Fischer.

Comentó que deben fortalecer sus capacidades para que puedan gestionar la recuperación al interior del país, impulsar la infraestructura necesaria y cerrar las brechas aún existentes en materia de desarrollo y modernización. Sería un espacio de diálogo productivo en el que también deben participar los gremios empresariales.

Desglobalización

El nuevo panorama mundial trae consigo la llamada ‘desglobalización’, los países refuerzan sus fronteras e incrementan las restricciones, recordó el pedido del presidente de EE.UU., Donald Trump, a su población para que compren productos estadounidenses y contraten a sus compatriotas con la finalidad de reactivar su economía.

Al igual que en el 2009 con la crisis en EE.UU. cuando Perú reparó en la gran dependencia respecto al mercado americano, en esta oportunidad muchas naciones advirtieron de su enorme dependencia a la economía China. “En el 2003, el país asiático representaba el 4% de la producción global y en la actualidad es el 16%. Lo que pase en China afecta mucho más al mundo», acotó.

“Lograr un mayor desarrollo productivo con mercados contraídos, menor demanda, con un proceso de desglobalización en el mundo son retos difíciles de lograr. Por eso el diseño del Plan Nacional de Competitividad y Productividad 2.0 cobra mayor importancia, pues nos permitirá tener una visión de un futuro prometedor en el que todos los peruanos ganemos”, concluyó.