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Educación no puede esperar aprueba US$ 27.2 millones para refugiados venezolanos y comunidades receptoras en Colombia, Ecuador y Perú

 Educación no puede esperar aprueba US$ 27.2 millones para refugiados venezolanos y comunidades receptoras en Colombia, Ecuador y Perú

Este programa educativo multianual para situaciones de emergencia y crisis prolongadas alcanzará a más de 350.000 niñas, niños y adolescentes refugiados, inmigrantes y a las comunidades receptoras, asegurando el acceso continuo a una educación de calidad, inclusiva y equitativa.

En respuesta al contexto actual que obliga a venezolanas y venezolanos a abandonar sus hogares, Educación No Puede Esperar (ECW, por las siglas en inglés: Education Cannot Wait), anunció que se destinará US$ 27,2 millones en subvenciones de inversiones catalizadoras para programas de resiliencia multianuales en Colombia, Ecuador y Perú. Estos países reciben un gran número de niñas, niños, adolescentes y a sus familias que huyen de la violencia e inestabilidad en Venezuela. El programa multianual de resiliencia educativa de tres años llegará a más de 350.000 niños y jóvenes venezolanos y sus comunidades receptoras.

“Desde marzo de 2020, el contexto en Venezuela ha forzado aproximadamente a 5 millones de refugiadas y refugiados e inmigrantes a dejar su país de origen, y a millones de niñas y niños a abandonar la escuela buscando seguridad en otros países de la región. Estas niñas, niños y adolescentes ahora pueden continuar su educación en sus comunidades receptoras, brindándoles protección y esperanza para su futuro. Esto es precisamente lo que necesitan ahora. Su educación no puede esperar hasta que esta prolongada crisis termine.

Necesitamos una acción colectiva y hacemos un llamado urgente a donantes públicos y privados para que financien por completo el programa integral de educación conjunta de Educación No Puede Esperar para refugiadas, refugiados y otras personas que se ven obligadas a desplazarse, así como sus comunidades receptoras en Colombia, Ecuador y Perú”, dijo Yasmine Sherif, Directora de Educación No Puede Esperar. “Estas inversiones multianuales brindan apoyo humanitario y de desarrollo al sector educativo, abordando tanto las necesidades humanitarias inmediatas como también el fortalecimiento del sistema educativo. Juntas y juntos podemos hacer una diferencia ahora y al mismo tiempo marcar el camino para el futuro”.

Esta inversión se suma a la primera respuesta de emergencia de US$ 7 millones de ECW en 2019 para afrontar el éxodo más grande de la región en la historia reciente.

Colombia

El número de venezolanas y venezolanos que han huido a Colombia ha crecido exponencialmente, de 40.000 en 2015 a 2,4 millones a fines de 2020, lo que convierte a esta prolongada crisis humanitaria en la más grande del hemisferio occidental y entre las más grandes del mundo. Otros 2 millones de venezolanas y venezolanos cruzan la frontera de manera regular para acceder a servicios básicos, incluyendo la educación.
Este movimiento masivo expone a niñas, niños y jóvenes ya vulnerables a riesgos mayores. Las niñas, en particular las adolescentes, corren el riesgo de sufrir violencia sexual y de género, explotación sexual, matrimonio infantil y embarazo precoz e involuntario. Los niños corren el riesgo de ser reclutados por bandas criminales y otros grupos armados.
Colombia permite que todas las niñas, niños y jóvenes venezolanos se matriculen en su sistema educativo nacional, independientemente de su situación migratoria. El número de niñas, niños y jóvenes venezolanos matriculados en el sistema educativo formal de Colombia se ha multiplicado por diez en los últimos dos años, yendo de 34.000 en 2018 a 334.000 en 2020. Sin embargo, con el COVID-19, la capacidad de absorción se ha vuelto insuficiente en las escuelas, con limitaciones financieras severas, falta de materiales de instrucción y aprendizaje, y la discriminación y xenofobia mantienen a muchas y muchos fuera de los ámbitos escolares.

El programa multianual de resiliencia de Colombia se beneficia de US$ 12,4 millones en financiamiento de subvenciones catalíticas de ECW, que será implementado por Save the Children (US$ 10,7 millones) y UNICEF (US$ 1,7 millones), junto con Norwegian Refugee Council, World Vision, Plan International y ONG nacionales, incluidas las secretarías nacionales de educación, para garantizar que se proporcione educación al mayor número posible de niñas, niños y adolescentes.

El programa inicial tendrá una duración de tres años, con el objetivo de reunir US$ 70,5 millones adicionales en cofinanciamiento de socios nacionales y mundiales, el sector privado y fundaciones filantrópicas. El programa alcanzará a por lo menos 30.000 niñas, niños y adolescentes a través de la educación infantil, 90.000 niñas, niños y adolescentes a través de la educación primaria y 30.000 niñas, niños y adolescentes a través de la educación secundaria.

Este programa innovador multianual une las necesidades humanitarias inmediatas y los esfuerzos de desarrollo a largo plazo, fortaleciendo el nexo entre ellos. Se dirige a 11 departamentos prioritarios en el norte y el noreste del país, donde más del 80 por ciento de las niñas, niños y jóvenes venezolanos están inscriptos.

Ecuador

Desde 2015, alrededor de 1,5 millones de venezolanas y venezolanos han huido a Ecuador. Si bien muchos viajaron hacia Perú y otros países, alrededor de 380.000 se establecieron en Ecuador. Los drásticos recortes presupuestarios y una creciente crisis social y económica en este país están reduciendo la capacidad de la nación para brindar servicios humanos básicos, como educación y atención médica.

Datos recientes del Banco Mundial indican que más del 30 por ciento de venezolanas y venezolanos en búsqueda de seguridad sufren desnutrición crónica. La mayoría de ellas y ellos carecen de acceso a la educación, salud, vivienda y a medios de subsistencia, y muchas y muchos han sido víctimas de violencia sexual y de género, incluyendo la trata de personas con fines de explotación sexual.

A pesar de estos desafíos, el número de niñas, niños y adolescentes venezolanos matriculados en el sistema educativo formal de Ecuador se ha cuadriplicado en los últimos dos años, de 10.730 en 2018 a 47.319 en 2020. No obstante, aproximadamente 35.000 niños, niñas y jóvenes venezolanos que viven en Ecuador no van a la escuela.

Educación No Puede Esperar está asignando una subvención catalizadora inicial de US$ 7,4 millones en Ecuador, que será implementada por la UNESCO en colaboración con las Naciones Unidas y las organizaciones de la sociedad civil, y pide a los donantes del sector público y privado que ayuden a financiar por completo la brecha restante de US$ 32 millones para la respuesta de la educación en situaciones de emergencia. Totalmente financiado, el programa llegará a 105.000 niñas, niños y jóvenes, incluidas 64.000 niñas, niños y adolescentes y 10.000 niños con discapacidades.

Perú

Según la Plataforma Regional de Coordinación Interinstitucional para Refugiados y Migrantes de Venezuela, se estima que 830.000 venezolanas y venezolanos han huido a Perú. La pandemia de COVID-19 y las medidas de cuarentena asociadas han afectado particularmente a las niñas, niños y adolescentes venezolanos incluyendo a sus familias. Las niñas, niños y los jóvenes se enfrentan ahora a riesgos que se multiplican, como el hambre, la pobreza, el aumento de los problemas de salud mental y la violencia de género. Hay picos notables en el número de niñas desaparecidas, abusos y embarazos precoces y no deseados.

El Gobierno de Perú está dando pasos importantes para incluir a niñas, niños y jóvenes venezolanos desplazados por la fuerza en el sistema educativo del país. Los datos del Ministerio de Educación indican que un total de 96.613 estudiantes venezolanos migrantes y refugiados (52.319 niñas y 44.294 niños) están matriculados en escuelas peruanas (2020), un número que ha aumentado de manera constante en los últimos años. A pesar de estos esfuerzos, hay 67.957 niños refugiados y migrantes (33.234 niñas y 34.723 niños) que no están registrados en el sistema del Ministerio de Educación.

Educación No Puede Esperar (ECW) está asignando una subvención catalizadora inicial de US$ 7,4 millones en Perú, que será implementada por UNICEF en colaboración con las Naciones Unidas y organizaciones de la sociedad civil. Con los US$ 7,4 millones en subvenciones catalizadoras de ECW, el programa de resiliencia multianual de tres años en Perú pide a los donantes y al sector privado que ayuden a financiar la brecha restante de US$ 14 millones para la respuesta de educación en situaciones de emergencia.

Una vez que esté totalmente financiado, el programa llegará a 100.000 niños y jóvenes, en particular niñas y niños venezolanos, y mejorará la inclusión y la calidad del sistema educativo peruano. La subvención inicial de ECW responde a las necesidades urgentes de 30.000 niños y adolescentes.

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