UNICEF: Normatividad dificulta acceso de adolescentes a servicios de salud mental, sexual y reproductiva
“Es importante que la legislación brinde un apoyo sustantivo a la población adolescente. Su derecho a la información y al acceso a la salud no pueden ser vulnerados”, sostuvo Ana de Mendoza, Representante de UNICEF en el Perú al presentar el estudio: “Balance normativo sobre el acceso de adolescentes a su derecho al aseguramiento y a la atención de su salud sexual y reproductiva y mental en el Perú”. Este informe realizado por UNICEF muestra las barreras y los vacíos normativos que limitan el acceso de la población adolescente a los servicios de salud en los casos de prevención y atención de VIH/SIDA, embarazo, depresión y violencia.
Según se comentó, la Ley General de Salud se rige por el actual Código Civil, que al preceder al Código del Niño y el Adolescente, tiene una concepción distinta de estos, y dificulta el deber del Estado de garantizarles el derecho a la salud a las y los adolescentes.
Durante la presentación del estudio se explicó que el Código Civil define a los adolescentes como personas “incapaces” que no pueden recibir ni información ni atención médica sin la presencia y el consentimiento de sus padres o tutores. Sin embargo, para la legislación, el adolescente se convierte automáticamente en una persona “capaz”, una vez que contrae matrimonio o se convierte en padre o madre.
SALUD ADOLESCENTE POCO ASEGURADA
Esta situación afecta especialmente a las adolescentes embarazadas, según sostuvo Marcela Huaita, vicepresidenta del Comité de expertas del Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará (MESECVI/OEA) e investigadora responsable del estudio. Explicó que otra de las barreras encontradas es aquella donde la ley decide no cubrir el embarazo ni las atenciones gineco obstétricas a las hijas embarazadas del titular de un seguro. “Lo hacen porque según sus reglas la beneficiaria es la hija del titular, pero no el bebé en formación. Y una atención médica a una adolescente embarazada va a beneficiar al nieto del titular del seguro y ese nieto no está dentro de la cobertura. Por lo tanto, la adolescente no puede ser atendida. La única excepción que encontramos se da en el seguro de las fuerzas policiales donde sí se atiende a una adolescente embarazada, siempre y cuando la gestación sea producto de una violación”.
Pero si bien el tema de salud sexual y reproductiva es materia de este informe, también lo es el de la salud mental y el VIH. De acuerdo con el estudio, los sistemas de salud excluyen de su cobertura, los gastos por infección de VIH/Sida a pesar de que el Plan Esencial de Aseguramiento en Salud (PEAS), lo autoriza. De igual forma, los seguros de las fuerzas armadas y policiales excluyen de su cobertura el síndrome ansioso depresivo. “Además de la atención a la salud mental, debemos incluir en esta discusión a toda la población LGTB como también a los y las adolescentes venezolanos, los migrantes. Y digo esto porque conocemos de casos donde la atención médica ha sido negada por estas dos condiciones: por ser LGTB o por ser migrantes”, señaló Matilde Cobeñas de la Defensoría del Pueblo.
VOZ ADOLESCENTE
En la presentación participó también la adolescente Milagros Calle quien contó las pocas facilidades que las y los adolescentes encuentran en los centros de salud cuando buscan información. “El año pasado era alcaldesa escolar y fui al centro de salud de mi zona para que el personal vaya a mi escuela a dar una charla sobre salud sexual y reproductiva. Me dijeron que sí pero que tenía que traer una carta del director. Hablé con todos, pero nunca se pudo concretar. Si eres adolescente no puedes acceder a ningún tipo de información”.
PREOCUPACION GLOBAL
Prerna Banati, Asesora Regional de desarrollo adolescente y Género de UNICEF Senegal, encargada de dar una mirada global a esta problemática comentó que para temas de educación sexual y reproductiva se dan medidas como la abstinencia o programas de educación entre pares que se ha comprobado que no funcionan.
En el tema de salud mental, las respuestas tampoco son las adecuadas. Banati sostuvo que los factores estresantes entre los 10 y 14 años están asociados a una disminución en la esperanza de vida. Afirmó además que “si estos trastornos surgen antes de la edad adulta y no se tratan, pueden llegar a imponer un costo en salud 10 veces mayor a los que surgen después”.
La economía mundial pierde alrededor de 1 billón de dólares cada año en productividad debido a la depresión y la ansiedad. De otro lado si se invirtiera en este tema la ganancia sería muy alta. “Cada dólar invertido en tratamiento oportuno para la depresión y la ansiedad puede generar un retorno de 4 dólares en una mejor salud”, señaló Banati.
Al finalizar la presentación del estudio, el Superintendente Adjunto de Promoción y Protección en Derechos en Salud de SUSALUD, Carlos Sánchez Centurión dijo que “existen normas que deberían ayudarnos a tener una mejor respuesta, pero hay también mucho desconocimiento de las mismas”. Por su parte, Federico Arnillas, presidente de la Mesa de Concertación para la Lucha Contra la Pobreza, dijo que es indispensable trabajar en alianza entre todos los sectores para lograr un cambio que beneficie a las y los adolescentes. “Ellos y ellas necesitan servicios que respeten su derecho a contar con una atención digna y de calidad”, remarcó.